Por tu confianza en los artesanos,
por tu entusiasta colaboración ante nuestra convocatoria,
por tu espontánea solidaridad
que promovió este finde
nueve viajes
a la Cruz Roja Argentina,
ubicada en Quesada y Amenábar,
ya que la sede de Vicente López,
elegida en primera instancia,
por resultar colmada,
nos derivó hacia esta otra filial de Capital.
Una mención especial para Miguel,
encargado del edificio de Winnenberg y Alberdi,
que no sólo nos aportó donaciones propias y del consorcio de ese edificio
sino que, además, facilitó su automóvil y su tiempo
para acompañarnos en uno de los nueve envíos a la Cruz Roja Argentina.
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